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Represión en Myanmar deja 18 muertos en el día más sangriento de protestas contra el golpe
La Asociación de Asistencia a Presos Políticos informó que al menos 270 personas fueron detenidas durante la jornada violenta, de un total de 1.132.

Los manifestantes birmanos desafiaron la represión que mató al menos a 18 personas en la jornada más violenta desde que los militares tomaron el poder hace un mes, tras el derrocamiento de la líder política Aung San Suu Kyi.
La violencia estalló en varias partes del país este domingo y la policía abrió fuego contra multitudes en varias áreas de Yangon, la ciudad más grande de Myanmar, luego de que los gases lacrimógenos y los disparos de advertencia no lograran despejar a quienes exigían la restauración del gobierno civil.
El golpe, que detuvo los pasos tentativos hacia la democracia después de casi 50 años de gobierno militar, ha atraído a cientos de miles de manifestantes a las calles y la condena de los países occidentales.
El relator especial de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos en Myanmar, Tom Andrews, dijo que estaba claro que el asalto de la junta continuaría, por lo que la comunidad internacional necesitaba intensificar su respuesta.
Propuso un embargo de armas global, más sanciones de más países a los que estaban detrás del golpe, sanciones a los negocios de los militares y una remisión del Consejo de Seguridad de la ONU a la Corte Penal Internacional.
“Las palabras de condena son bienvenidas pero insuficientes. Debemos actuar ”, dijo Andrews en un comunicado.
El funcionario advirtió que «la «pesadilla (…) que se desarrolla ante nuestros ojos empeorará. El mundo debe actuar».
Este domingo se llevaron a cabo pequeños memoriales para las víctimas de las protestas, con personas encendiendo velas frente a sus casas.
La Asociación de Asistencia a Presos Políticos informó que al menos 270 personas fueron detenidas durante la jornada violenta, de un total de 1.132 que, según dijo, habían sido arrestadas, acusadas o condenadas desde la toma del poder por parte de la junta.
El desafío al golpe ha surgido no solo en las calles, sino más ampliamente en la función pública, la administración municipal, el poder judicial, los sectores de educación y salud y los medios de comunicación.
Activistas de toda Asia llevaron a cabo protestas de apoyo, con el grito de guerra “Milk Tea Alliance”, que unió por primera vez a activistas en favor de la democracia en Tailandia y Hong Kong.
Pero si bien algunos países occidentales han impuesto sanciones limitadas, los generales tradicionalmente han hecho caso omiso de la presión diplomática. Prometieron celebrar nuevas elecciones, pero no fijaron una fecha.
Con información de Reuters
