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38 muertos deja la jornada de represión «más sangrienta» en Myanmar

La situación es muy tensa en Rangún, la capital económica, donde seis manifestantes perdieron la vida, según un socorrista y un periodista local. Además, en ciudades como Monywa, Mandalay o Myingyan, murieron al menos once manifestantes, de acuerdo con fuentes médicas.

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Al menos 38 manifestantes prodemocracia murieron este miércoles en Myanmar a manos de las fuerzas de seguridad, que siguen usando munición real para reprimir estas protestas, en una espiral de violencia tras el golpe de Estado militar en el país asiático.

Los videos difundidos en las redes sociales este miércoles muestran a jóvenes cubiertos de sangre, se escuchan detonaciones y manifestantes que gritan: «¡Nuestra revuelta debe triunfar!».

Tras disparar gases lacrimógenos y balas de goma, las fuerzas de seguridad volvieron a recurrir a las armas de fuego para dispersar las concentraciones de opositores.

La situación es muy tensa en Rangún, la capital económica, donde seis manifestantes perdieron la vida, según un socorrista y un periodista local. Además, en ciudades como Monywa, Mandalay o Myingyan, murieron al menos once manifestantes, de acuerdo con fuentes médicas.

La emisaria de las Naciones Unidas para Myanmar, Christine Schraner Burgener, instó a los miembros de la ONU a tomar «medidas muy duras».

«Tuve una discusión con el ejército y les advertí de que los Estados miembro y el Consejo de Seguridad podrían tomar medidas enormes y fuertes», declaró durante una rueda de prensa telemática.

La funcionaria subrayó que la jornada de este miércoles fue «la más sangrienta» registrada en Myanmar desde el golpe de Estado del 1 de febrero.

«Tenemos ahora más de 50 muertos desde el comienzo del golpe de Estado y múltiples heridos», dijo la funcionaria desde Suiza, donde reside.

Con cortes de internet, un refuerzo del arsenal represivo y olas de detenciones, la junta militar está resuelta a asfixiar a los detractores del golpe que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi.

Los birmanos siguen, pese a todo, saliendo a las calles para reclamar la marcha de los generales golpistas y la liberación de cientos de detenidos encarcelados en las últimas semanas.

Según Naciones Unidas, la jornada del domingo también fue especialmente mortal con al menos 18 manifestantes fallecidos.

Con información de AFP