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El G7 se compromete a combatir la pandemia, el cambio climático y los desafíos de China y Rusia
La cumbre abordó la respuesta a la pandemia con una declaración sobre la prevención de futuras crisis sanitarias y la promesa de donar mil millones de vacunas del covid-19 a países desfavorecidos

Los líderes del Grupo de los Siete se comprometieron durante la cumbre anual a atajar la pandemia de coronavirus, frenar el cambio climático y enfrentar los desafíos planteados por China y Rusia, en la clausura del encuentro que buscó mostrar su renovada unidad.
Tras su primera reunión en persona en casi dos años, los jefes de Estado y de gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido publicaron una declaración muy ambiciosa aunque con pocas medidas concretas.
Las siete grandes economías mundiales se comprometieron a proteger en 2030 el 30% de la tierra y los océanos, buscando detener la pérdida de biodiversidad, y a reducir sus emisiones de carbono a la mitad respecto a 2010.
El anfitrión británico, Boris Johnson, había planteado el calentamiento global como una prioridad de la cumbre antes de la celebración en noviembre de la conferencia de la ONU sobre el clima en Glasgow.

«Hay una relación directa entre la reducción de emisiones, la restauración de la naturaleza, la creación de puestos de trabajo y la garantía de un crecimiento económico a largo plazo», afirmó.
Sin embargo, los ecologistas criticaron unas promesas que consideraron insuficientes.
La cumbre abordó también la respuesta a la pandemia con una declaración sobre la prevención de futuras crisis sanitarias y la promesa de donar mil millones de vacunas del covid-19 a países desfavorecidos, empezando este agosto y terminado en 2022.
Por su parte, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, hizo hincapié en la necesidad de ayudar a los países en desarrollo a remontar la crisis económica provocada por el coronavirus, advirtiendo sobre el riesgo de que haya «recuperaciones peligrosamente divergentes».

En este sentido, el G7 anunció un plan de infraestructuras impulsado por Estados Unidos para ayudar a los «países de renta baja y media», desde Latinoamérica hasta el Pacífico, a recuperarse de la pandemia.
Bautizado «Reconstruir el mundo mejor» y estimado en cientos de miles de millones de dólares, tiene como claro objetivo rivalizar con un proyecto chino similar denominado «nuevas rutas de la seda».
El G7 pidió también un estudio más profundo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre los «orígenes del covid-19», con la participación de China, a quien urgió por otro lado a «respetar los derechos humanos» en la región de Xinjiang, hogar de la minoría musulmana uigur, y en Hong Kong, donde ha reprimido a los defensores de la democracia.
El comunicado final de la cumbre llamó asimismo a Rusia a poner fin a sus «actividades desestabilizadoras», incluyendo la injerencia en los sistemas democráticos de otros países y los ciberataques con programas de robo de datos atribuidos a grupos de ese país
E instó a Moscú a cumplir sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, investigado «urgentemente» el uso de armas químicas en su territorio y poniendo fin a «su represión sistemática de la sociedad civil y los medios de comunicación independientes».
